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¿Sabías que el sedentarismo en niños tiene efectos ocultos? Como madre, tu objetivo debe ser prevenirlos y retrasarlos. Descubre más a continuación.
Como madre, es posible que no te des cuenta de que estás promoviendo el sedentarismo en tus hijos o quizás no tengas suficiente información para evaluar cuán peligroso puede ser que pasen todo el día frente al ordenador, la televisión o la pantalla del móvil.
Entendemos que no se hace con mala intención, sino con el objetivo de entretenerlos y aliviar la carga de cuidado. Sin embargo, una de las consecuencias puede ser fomentar hábitos y estilos de vida perjudiciales para el niño y su desarrollo físico y psicológico.
Sedentarismo en los niños
El sedentarismo se refiere a este estado de inactividad prolongada, ya sea estar sentado o acostado. En la infancia, esta condición es aún más notable, ya que los niños suelen ser naturalmente activos. Aunque el sedentarismo puede parecer «antinatural», en los últimos años ha ganado fuerza y puede afectar a los niños que no se mueven con regularidad.
Los niños son conocidos por su abundante energía física. Y no nos referimos a un trastorno de hiperactividad, sino a la condición normal de un menor de edad. Es común que deseen explorar, interactuar con su entorno, ensuciarse y participar en actividades activas. Esto es una parte fundamental de su etapa de desarrollo.
Sin embargo, dado que la actividad constante es natural en los niños, el hecho de quedarse quietos durante largos períodos de tiempo no favorece un desarrollo adecuado.
Impacto de la falta de actividad física en los niños
La prolongación de la inactividad constante en los niños conlleva una serie de efectos negativos a nivel físico y fisiológico. Estas consecuencias pueden afectar el desarrollo del infante y perjudicarlo en su vida adulta.
1. Promueve la obesidad
El sedentarismo está interrelacionado con la obesidad, e incluso puede promover su aparición en los niños. Debido a la combinación de ambos factores, es probable que los efectos se extiendan más allá y afecten al desarrollo psicomotor de los niños.
Los niños que padecen obesidad en las primeras etapas de su desarrollo probablemente mantendrán esa condición nutricional durante las siguientes fases de su crecimiento, incluso hasta 6 o 10 años después.
2. Altera la calidad de sueño
Otro efecto negativo asociado al sedentarismo en los niños se relaciona con la calidad del sueño. La falta de actividad física durante el día puede afectar el descanso nocturno, en especial si se combina con el uso de computadoras o teléfonos móviles justo antes de acostarse.
Un estudio ha encontrado una fuerte conexión entre el sedentarismo y la mala calidad del sueño y, lo cierto es que, ambos suelen ir de la mano. Sin embargo, existen conductas que los adultos a cargo de los niños pueden fomentar para promover una actividad física saludable y, por ende, mejorar la calidad del sueño de los pequeños.
3. Afecta la salud cardiovascular
Dentro de los efectos nocivos causados por el sedentarismo en los niños se encuentra la afectación de la salud cardiovascular. Esto se debe a la combinación previamente mencionada: obesidad y mala calidad del sueño.
El aumento del sobrepeso provoca una mayor dificultad para bombear sangre oxigenada al resto del cuerpo debido a la presencia de masa grasa alrededor de las venas y arterias. Además, es probable que el corazón también esté rodeado de tejido graso, lo que disminuye su capacidad de latir con el tiempo.
Según la Revista Médica de Chile, los niveles elevados de sedentarismo se relacionan con factores de riesgo cardiovascular y metabólicos. Es importante destacar que esta afectación puede ocurrir en cualquier etapa de la vida, por lo que los niños no están exentos de sufrirla.
Promover la actividad física en los niños
La principal responsabilidad de las madres debe centrarse en fomentar la actividad física de manera regular para evitar los efectos negativos y contribuir al bienestar general de sus hijos.
De acuerdo con el último informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los niños de 1 a 4 años deben realizar un total de 180 minutos de actividad física moderada a la semana, distribuyéndola a lo largo del día.
Para promover la actividad física constante, se recomienda a las madres limitar el uso de pantallas, computadoras o teléfonos móviles. El objetivo no es privar a los niños de las nuevas tecnologías, sino fomentar un uso orientado hacia el bienestar.
Además, como madres, se aconseja ayudar a los niños a encontrar actividades y deportes que promuevan el movimiento constante, así como la diversión y el entretenimiento, para obtener los beneficios principales de la actividad física y prevenir la aparición de enfermedades no transmisibles.